20080413

En un día así

Sentado en el sofá con la mirada perdida.
Pensando en todo y en nada mientras tu recuerdo me acompaña.
Te miro en mi memoria y tú me miras de vuelta.
Apartas el flequillo de tu rostro y yo siento que extrañaré tus gestos.
Siento que extrañaré tu voz.
Siento que extrañaré tu forma de mirarme.
Pero no voy a llorar.
El día está hermoso y el cielo muy azul.
No vale la pena llorar en un día así.

Todo empezó un abril y termina en otro,
¿Cómo hicimos para apagar la llama?
¿Fue algo que no dijimos?
¿Cómo pudo esto pasar?
Y me dolerá no ver tu rostro.
Me dolerá no saber de ti.
Me dolerá no ver el brillo de tus ojos.
Pero no vayas a llorar.
El día está hermoso y el cielo muy azul.
No quiero verte llorar.
Aunque la tristeza siga allí,
y yo no logre remover el dolor,
no vale la pena llorar en un día así.

Nada nunca es suficiente.
Siempre queremos algo más.
Perdemos la noción
de que el presente fue el mañana de un ayer.
Ahora pasamos la página.
Escribimos un nuevo final,
Cuando llegues al término de tu historia
y tu futuro se torne tu presente,
¿Aún me recordarás?

El día está hermoso y el cielo muy azul.
No quiero verte llorar.
Aunque la tristeza siga allí
y yo no logre remover el dolor,
no vale la pena llorar en un día así.
El día está hermoso y el cielo muy azul.
No vayamos a llorar.
Hace falta que llueva para ver el arcoíris.
No vale la pena llorar en un día así.


(Una especie de canción. Lamentablemente, la música que le puse en mi mente no la sé escribir. Aún así, espero que les agrade)

20080402

El dinero no compra la felicidad... ¿O sí?

"El dinero no compra la felicidad", dice un refrán popular. Todos lo hemos escuchado alguna vez, ¿cierto? Pues ahora resulta que sí la compra: cuando lo gastas en otras personas. Esta es la conclusión a la que han llegado una serie de estudios realizados por la UBC (University of British Columbia) y la Escuela de Negocios de Harvard, según reveló la última edición de la revista Science.

Yo pienso que esto ya todos intuitivamente lo sabíamos, pero ahora que unos científicos lo han hecho oficial, muchas personas quizás harán un mayor esfuerzo por ser más generosos con los demás. En el peor de los casos, harán el intento.

Siempre he pensado que, por ejemplo, es muy gratificante dar un obsequio que sabemos va a ser muy apreciado por quien lo recibe. Por eso invierto mucho tiempo a la hora de comprar un regalo: no me gusta darlos por salir del paso. Sin embargo, según los estudios en cuestión, emplear el dinero en desconocidos mediante obras de caridad, tiene el mismo efecto sobre nuestra felicidad que si lo utilizamos en nuestros seres queridos. Mejor aún, la cantidad de dinero que invirtamos en terceros, no tiene relación alguna con el efecto que esto traiga en nuestra dicha (no hay muchos sinónimos para felicidad que no suenen cursis o falsos). Es decir, no importa cuánto sea, ni en quién, destinar una parte de nuestro dinero a otros, sin esperar algo a cambio, nos ayudará a ser más felices.... por lo menos, eso dice el estudio.

Queda de parte de nosotros hacer la prueba de campo.