20050709

19:36

Un niño que lloraba en los brazos de su madre atrajo por un momento su atención, que luego depositaría nuevamente en la oscuridad que dominaba el otro lado de la ventana del vagón. Ya había desistido de la idea de apartar de su frente los rebeldes mechones de cabello que se resistían a mantenerse retenidos por su oreja derecha y que eran impulsados, una y otra vez, por el aire proveniente del abanico improvisado de papel que atenuaba -aunque levemente- el calor que sentía. El aire acondicionado, como era costumbre en las horas pico, no estaba en funcionamiento.

Un soplo de resignación salió de sus labios cuando, para variar, el metro se detuvo de pronto en medio del último trayecto que faltaba para llegar a la estación adonde ella se dirigía. Ya en la mañana había pasado algo igual cuando ella iba retrasada para su trabajo por querer dormir “cinco minutos más”. Ese fue sólo el principio de lo que iba a ser un pésimo día para ella: el perro de su vecina intentó orinarle los pies cuando se disponía a salir de su apartamento, se perdió de una reunión importante en su trabajo por llegar tarde, se pisó un dedo cuando intentaba cerrar una gaveta de su escritorio y, para colmo, no fue sino cuando sus compañeros comenzaron a burlarse de ella que se percató de que se había maquillado un ojo sí y el otro no. Por si todo esto fuera poco, se empapó toda debido a la lluvia cuando caminaba de su trabajo a la estación de metro y ahora, además de que se encontraba varada en el medio de dos estaciones, la incomodaba un necesitado sexual de unos 18 años de edad que descaradamente no le quitaba la vista de encima. Se imaginaba que él la imaginaba desnuda a ella, valga la redundancia.

Curiosamente, esta no era la primera vez que, en la misma semana, alguien lo tenía a él por sádico. Cuatro días antes una mujer de esas adultas contemporáneas, salió despavorida de uno de los vagones porque él, desde el momento en que se montó hasta la estación siguiente, mantuvo su mirada todo el tiempo fija en ella. Solamente en el último mes, había ocurrido algo similar al menos unas seis veces. Lo irónico de todo es que él se creía todo un galán, el propio “terror de las mujeres”, y lo era… solo que literalmente.

Al menos una mujer no se espantó ante su insistente mirada. Una señora cincuentona sentada junto a la mujer con la mala suerte creía que “el terror” la estaba viendo era a ella. Atribuía ese logro al nuevo salón de belleza al que asistía últimamente y a la vestimenta moderna que siempre se preocupaba en vestir. Se lamentó porque el que la miraba era un chico que bien podía ser su hijo y no el señor de buen porte que sostenía una bolsa azul en la mano y que estaba parado junto a la puerta del tren. Sus principios morales jamás le permitirían tener una aventura con alguien tan joven como el que la estaba mirando, pero con ese señor sí le permitirían hacer lo que fuese. Sin embargo, el hombre de buen porte ni siquiera se había percatado de la existencia de la cincuentona “pava”. Estaba demasiado concentrado en la cara de emoción que pondría su hijo cuando le entregase la pista de carros que llevaba en la bolsa azul. No veía la hora en que el metro continuara su marcha. En medio de su desespero, se logró distraer recordando los viejos tiempos en los que cortejaba a la que hoy era su esposa. Un joven impaciente con un ramo de flores en la mano a pocos metros de él le había traído a la mente esas memorias.

Como casi todos los demás, el muchacho de los claveles también estaba preocupado por el retraso que presentaba el metro, ya que su novia lo estaba esperando dos estaciones más adelante y temía no poder llegar a tiempo. Únicamente a dos personas parecía no importarles si el metro avanzaba o no: a un hombre y a una mujer que en ningún momento habían cesado de besarse. "¡Se perdieron las buenas costumbres!”, se lamentaba una señora mayor sentada frente a ellos con cada beso que se daban, y la verdad es que daba la impresión de que ellos creían que estaban en un motel en lugar de en un vagón del metro.

Exactamente 19 minutos con 36 segundos tardó el metro en moverse de nuevo, y la mujer con el mal día continuó viendo fijamente a la ventana ante la mirada penetrante de su acosador. La señora cincuentona, por ende, seguía entusiasmada pensando que la acosada era ella. El señor con el regalo para su hijo y el joven con el ramo de flores aún estaban impacientes por llegar rápido, pero se sentían aliviados por el hecho de que ya no estaban varados en medio de la nada. También los besos de la amorosa pareja prosiguieron tranquilamente, así como los lamentos de la señora mayor sentada frente a ellos. Todo se mantuvo igual, e inclusive yo, luego de los casi veinte minutos que estuvo el tren detenido, continué imaginando historias de personas que ni siquiera conocía.

Canción para acompañar:

* Straylight Run - "Existencialism on Prom Night" (por el video).

Película recomendada de la semana:

* "La Intérprete" (2005) [8/10] Director: Sydney Pollack. Cast: Sean Penn, Nicole Kidman.

-¡Qué disfruten sobrevivir una semana más!

-H.G.

22 comentarios:

Anónimo dijo...

Acabas de mejorar mi día :) con ese escrito también va micronomic de Lali Puna :)En fin, creo que lo que hiciste es lo unico que se puede hacer cuando un metro se para. Saludos*

Anónimo dijo...

Me imaginé en un principio que iba terminar siendo una reflexión sobre los pequeños percances de la vida que han provocado angustia sobre la jovencita acosada.
Luego, una reflexión sobre las relaciones amorosas entre gente de distintas costumbres y largas décadas de por medio.
Más tarde una reflexión sobre lo incomunicada que está la sociedad actual,y que las miradas,los roces,los sentimientos o gestos entre dos desconocidos están vacíos.
Millones de desenlaces,y apareciste vos,apuntando que ibas a apuntar que estabas apuntando.
Es sencillamente genial.
Aquí una canción para viajar: Zero 7 - Destiny.

Elisa de Cremona dijo...

jaja
excelente
todos hacemos lo mismo, parece

Nepomuk dijo...

Guapa la Kidman ¿eh? guaaaaaaaapa.

Anónimo dijo...

Me gusta lo urbano de tus relatos.

Te leo.
Abrazos.

CURRUSA dijo...

Hola Horacio! ya está lista la mudanza!!! en lo que tengas un chance date una vuelta por mi nueva casa: currusaonline.blogspot.com. Cuando voy en el metro me pongo a pensar que pasaría si entramnos en un tunel en un tiempo paralelo, más o menos, estilo la película "Moebius" o simplemente veo los zapatos de la gente del vagón, claro esto lo hago si tengo la fortuna de poder ir sentada. Saludos y Feliz Semana!!! ;-)

Anónimo dijo...

bueno la verdad es que quizas voy a ser un poco cínica, y como ya te dije hace un rato en el telefono no c si es q soy pooooooco sensible (si es muy posible)no tengo desarrollada la "sensibilidad extraña" q tienes tu jajaja (yo no c pero en little rocko mirabas mucho a la "chica" d la barra,aja la d la mini); pero simplemente me parece un cuento,no me voy a poner melodramatica o "sensible" a tratar d averiguar el "x q" o "el q" o el interpretar el contenido emocional en tus palabras (ayyyyy q bello eres hego jajaja y taaaaaaaaaan sensible mas JAJAJAJAJA).yo no pienso cuando voy en el metro (aunque según tu opinion, yo, jamás pienso,bueno es q tu opinión es taan poco importante),a mi en particular,el mentro no me inspira para nada, x q cuando voy en el metro solo estoy tratando d sobrevivir al mal olor del q esta a mi lado (es peor q tu olor echale).
Mari_posita (ay q tierna soy verdad?)

Anónimo dijo...

Creo que somos muchos los que imaginamos historias en situaciones como las que describes. A mí me ocurre a veces que me sorprendo recitando en voz alta un diálogo imaginario entre dos personas desconocidas a quienes les acabo de inventar una historia.

Por cierto, la del chico de 18 tiene una pinta de no estar muy alejada de la realidad, me he reido un rato.

Saludos, sigue deleitándonos. Yo seguiré sentado en la sombra de tu árbol.

Mariu dijo...

La primera vez que leí "19:36" te dije que me había gustado, yo creo que es porque me siento identificada, esa es la única forma de no salir de mal humor del metro, imaginando historias, pero es bastante difícil hacerlo en medio de muchas personas que te aplastan al entrar a un vagón sin aire. Pero bueno, eso no le quita lo bueno al relato.

Saludos y portate bien.

Dra. Kleine dijo...

Y así se nos puede ir la mente mientras tu nos lleves de la mano.
cuantas vidas y cuantas cosas pueden pasar en un instante de respiro, lugar y transporte compartido!
Cuanto!!
Hasta pudimos habernos cruzado algun día!!
Excelente relato!

H.G. dijo...

teletubbie: Lo siento, no vale por dos. Normas de la casa. No es que te falte sensibilidad, te falta inteligencia, pero es necesario para conservar el equilibrio en el mundo (no todos pueden ser tan inteligentes). Considérate una mártir: tú te sacrificas para que todos los demás sí seamos inteligentes, y por eso te doy las gracias. Por cierto, la "chica" de la barra se parecía bastante a ti, ¿no será que tú también naciste hombre?

Pero hablando en serio, este post es sólo un cuento, no tiene más trasfondo que el que cada quien desee darle.

Ahh y se me olvidaba: gracias por dejar un comentario!

H.G. dijo...

beatrix: Si logré mejorar tú día, pues me alegro mucho entonces! Bienvenida a este blog!

Hapyy Frog: Gracias!

luna: Es entretenido hacer eso en las colas. Te sirve para pasar el tiempo, como bien tú lo dices.

elisa: pues parece que sí!

nepomuk: Pues tiene Ud. toda la razón. Muy guapa la Kidman.

segmento: Gracias

currusa: En cuanto tenga tiempo (ando un poco escaso de eso últimamente), te visito. Qué te vaya bien en blogger!

nostak: Muchas gracias nostak! Eso de inventarle diálogos a las personas es de lo más divertido! Qué disfrutes de a sombra!

ari: Es de Yann Tiersen y del soundtrack de Good Bye Lenin.

mariú: Así es. Estoy de acuerdo.

g. kleine: Sí, es muy posible que nos hayamos cruzado algún día y que ni cuenta nos hayamos dado!

Muchas gracias a todos ustedes por tomarse la molestia de escribir lo que les pareció el relato!

Saludos y abrazos!

ベル dijo...

jajajajaa hago eso cuando estoy en el metro, en el bus, en una cola (las cuales no soporto). excelente lectura :D no hay nada que decir, solo quiero darte un gran abrazo índigo :)


Me recordó una película que ví hace como mes y medio en la tv, pero la agarré como a la mitad y despues me quedé dormida :P pero se desarrollaba en un vagón del tren, con un chico comiendo papitas fritas que tenian cosas escritas sobre ellas, y una vieja y un perro, un marico, una señora, un padre con un regalo.. y en fin todo se conectaba y era dobladisima.. muy estilo Kubrick.. cooooño no me se el nombre :(

Ceci dijo...

Otra pieza literaria para el libro que ya se viene, verdad Hego? Así lo espero (amos).
Te cuento que me dio mucho risa leer la descripción de la chica con “mala suerte.” No por su desdichada fortuna, sino porque me reconocí con el llevar un ojo maquillado y el otro no. De hecho, me han pasado cosas más vergonzosas. Una vez, salí apuradísima a mi trabajo y noté que la gente me miraba raro, como aguantando risitas. Inmediatamente revisé mi maquillaje y mi ropa en general, pero no noté nada raro. Casi al llegar a la esquina, cuando estaba a punto de atravesar la calle, entendí lo que pasaba: Iba toda señorita, con falda y cartera, prolijamente maquillada y ... ¡usando las pantuflas de levantarse en lugar de los zapatos!

... dijo...

Como si hubiese sido un viaje más en metro, pero esta vez con una voz en off y un piano que cuentan esa historias que se suceden entre el vagón y la imaginación.

Anónimo dijo...

jamás te lo habia dicho pero si, realmente el nombre d tu blog es lo mejor de todo, sinceramente horacio,algunas cosas q pienso cuando no debo pensar...profundo si...,lo pegaste buenisimo por que tu, no debes pensar, nuuuuunca. besitos muck :)

H.G. dijo...

greenfly: Lástima que no te recuerdes del nombre. En cuanto sepas cuál es me lo dices para tratar de verla. Gracias por el abrazo!

ceci: Jajaja que risa lo de tus pantuflas! Lo del ojo sí y el otro no fue pura casualidad. Para lo del libro primero tengo que conseguir quien quiera publicarlo, pero gracias por el apoyo!

amelie: Así es! ;)

mariela: Obviando el hecho de que tardaste dos días para responder eso, debo decir que te quedó bastante bien lo del título del blog (si tomamos en cuenta lo de tu "sacrificio" en cuanto a la inteligencia). Así que te aplaudo el esfuerzo que hiciste! Un abrazo! ;)

Muchas gracias por sus comentarios!

Mariu dijo...

Por casualidad existe una actualización de "Se resisten a desvanecerse"????

icebutter dijo...

Me encanta este post, tu forma de conectar cada personaje...es impresionante las cosas que uno se imagina cuando esta sentando esperando alguna clase de transporte...lo mejor de todo es que te lo crees y creas una vida completa...
espero estes bien
un abrazo

H.G. dijo...

Mariu, la casa está analizando tu propuesta. Tal vez deje de tener un límite de 7. ¿Qué propones?

Icebutter, yo también espero que estés bien. Gracias por venir y comentar!
Un abrazo

Psique dijo...

Encontre el cuento del metro, excelente como todo lo demás. Verdad que es divertido imaginar cosas sobre la gente que no conoces... y que tal si ellos también estan imaginandose algo sobre ti?.

A veces esos momentos que uno se queda varado entre una estacion y otra son eternos, "casualmente" suceden cuando vas retrasado.

Besos!

P.D.: cuando no esté el gordo vuelvo a intentar mandartelas o podemos negociar?

Anónimo dijo...

Hola
siempre visito tu blog me gusta mucho sigue asi amigo
te saludo desde mexico
Pd:
un favor, podrás decirme el titulo de la musica que acompaña tu blog? o sería mucho pedirte que me envies la cancion via email (gmoyaor@hotmail.com)
buen inicio de semana