20070728

Una hoja entre el viento

Una hoja entre el viento danza al compás de la brisa. Si alguien la hubiese estado observando en ese instante, habría imaginado fácilmente a una orquesta tocando de fondo alguna clásica melodía. Revoloteaba una y otra vez, como si tuviese pensado no descender en ningún momento. Parecía no querer hacerlo, y, sin embargo, acabó haciéndolo. Era imposible evitarlo.

La hoja de papel finalmente tocó el suelo. Se posó algunos centímetros a la izquierda de donde yacía la mano que minutos antes la había soltado. "¡Vuela!", le habían gritado, y, por un rato, eso había hecho. Ahora simplemente permanecía inmóvil, aguardando a ser leída por alguien mientras un delgado hilo de sangre amenazaba peligrosamente con mancharla.

Esa mañana, Ambrosio Delgado llegó tarde a su examen de Patología. No se había quedado dormido, ni había encontrado tráfico camino a la universidad. Llegó tarde sencillamente porque su abuela había amanecido indispuesta y le suplicó que le hiciera el favor de llevar a su hermano pequeño al colegio por ella. Normalmente, Ambrosio tenía que tomar dos busetas para llegar a su Facultad, pero ese número llegaba a cuatro si se desviaba hasta la escuela. Aunque sintió ganas de protestar y de quejarse por el retraso que eso le implicaba, prefirió callar y realizar lo encomendado. No tenía argumentos contra la mujer que con tanto sacrificio se había encargado de criarlo a él y a sus hermanos cuando se fue su padre. Su madre era un cero a la izquierda.

Como llegó tarde, no le dio tiempo de responder a todas las preguntas. Con suerte, lo poco que contestó al menos le permitiría aprobar el examen. Ahora debía enfocarse en el siguiente parcial. Le habría encantado quedarse estudiando con sus compañeros de clase, pero no podía darse ese lujo. Ambrosio debía irse enseguida a la clínica donde trabajaba como camillero para poder costear la universidad. Estudiaría en su hora de descanso.

Camino a su trabajo, el joven camillero pensaba en lo mucho que quería ser otra persona. Una que haya tenido todo más fácil. No podía evitar sentir algo de envidia por sus compañeros que llegaban en sus propios autos de lujo a la facultad, y que podían dedicarse a tiempo completo a su carrera e inclusive ir a fiestas. De haber conocido Ambrosio a Víctor Anistópolis, sin duda alguna le habría envidiado también.

Anistópolis, como era llamado por sus amigos, tenía todo lo que se podría desear y un poco más. Era tan asquerosamente rico, que sus bisnietos aún podrían serlo incluso si Víctor no producía un sólo céntimo durante su vida. Además, era en extremo inteligente: podía aprender cualquier cosa que quisiera en tiempo récord, por lo cual no le requirió mucho esfuerzo graduarse del MIT de Boston. Su creatividad le permitía destacar también en lo artístico, especialmente en la música. En lo deportivo, resaltaba por sus condiciones naturales. Era un atleta innato y un galán natural. No hace falta decir que también era exitoso con las mujeres. Se puede decir que no sabía lo que era estar enamorado y no ser correspondido. Ni siquiera estaba seguro de haber estado alguna vez realmente enamorado. En pocas palabras, Víctor siempre había logrado todo lo que se había propuesto. No podía quejarse de su suerte.

Ambrosio no tenía idea de quién era Víctor Anistópolis, pero fue la primera persona que leyó su nota de suicidio. Estaba estudiando durante uno de sus recesos en las afueras del hospital, cuando escuchó un estruendo que sin saber aún qué lo había causado, le había puesto los nervios de punta. Llegó a tiempo para recoger la nota antes de que esta se manchara de sangre, y jamás imaginó, ni por un instante, que lo que allí estaba escrito marcaría su vida para siempre.

En los días posteriores, a medida que el joven camillero más averiguaba sobre la vida de Anistópolis, más se daba cuenta de que entre tantas desgracias que le habían ocurrido a él durante sus veinte años, aún debía sentirse al menos un poco afortunado. Le sobraba lo único que Víctor no tenía: sueños y metas; ó al menos ésa fue la conclusión a la cual llegó luego de leer lo que había escrito el difunto antes de lanzarse al vacío: "No me voy porque tenga muchos problemas. Me voy porque no tengo ninguno".

Como el mismo Doctor Ambrosio Delgado le diría más adelante a uno de sus nietos: "La felicidad no se encuentra en las metas que nos trazamos, sino a lo largo de los caminos que tomamos para llegar hasta ellas. Si se nos acaban los caminos, dejamos de ser felices".


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Ya realicé mi primera entrevista en Melodic.net a una banda de Pop Punk poco conocida aquí llamada Eleventyseven. Si quieren leerla, pueden hacer click aquí.

20070721

Melodic.net

Siempre he dicho que no existe música buena o mala. Lo que existe, pienso yo, es música que te agrada y música que te desagrada. Y eso, claro está, depende de cada quien; por lo que debemos respetar lo que a cada persona le gusta escuchar. ¡Y es que no hay nada como escuchar tu música favorita! Te distrae de tus problemas, te transporta a momentos vividos tiempo atrás, estimula tu imaginación, y un gran conjunto de etcéteras a favor. Ninguno en contra.

A mi madre le encantan las baladas, especialmente las que son en español. Gracias a ella, escucho más música en español de lo que mucha gente piensa. Digo "de lo que mucha gente piensa", porque quien me conoce cree que yo única y exclusivamente escucho cosas en inglés ("wuachi wuachi" como le dicen en criollo). Lo que sucede, es que aunque no sea lo único que oigo, ciertamente la música anglosajona es mi predilecta. No se trata de un desprecio hacia mi lengua madre (si así lo fuere, este blog estaría escrito en inglés), sino que es cuestión de gustos: mi estilo músical favorito, además de la música clásica instrumental, es el rock (siempre que no sea el pesado, el heavy metal), y no sé si sea por costumbre -ya que en mi casa sonaban mucho The Beatles y Michael Jackson cuando era niño- o por otra cosa, pero el rock en español, para mí, suena raro. Otra teoría mía es que como ese género proviene de países angloparlantes, su cadencia se ajusta más al idioma inglés; del mismo modo que un joropo, una trova, o una ranchera se ajusta más al español, una de las lenguas romances. ¿No les sonaría raro un "Caballo Viejo" en inglés? En todo caso, todo esto son conjeturas mías.

El hecho es que me gusta mucho la música -en especial la anglosajona-, y siempre ando buscando canciones nuevas tanto de grupos conocidos como de artistas emergentes. Por esta razón, visito religiosamente dos páginas: Alternative Addiction, y Melodic.net. La primera se concentra casi exclusivamente en el llamado rock alternativo (es decir, que allí no encontrarán nada relacionado por ejemplo con el pop o el rock pesado), y presenta noticias, un top 20 de las mejores canciones nuevas del género actualizado cada quince días, conteo de los mejores discos, entrevistas, y algunos reviews (crítica de discos nuevos). En la segunda página, se consigue lo mismo exceptuando el top 20 y el conteo de los mejores discos; el valor agregado que tiene es que las noticias y los reviews abarcan un conjunto de artistas más amplio. No se centran en un subgénero determinado, sino que se consigue información de todo lo que sea rock: emo, pop, punk, heavy metal, rock progresivo, rock sinfónico, rock alternativo, rock melódico (como denominan a Coldplay, Keane, Snow Patrol), etc, sin importar si se trata de algo "mainstream" (artistas que reciben mucha publicidad y pasan por MTV), o de artistas que sólo en sus casas conocen. Lo bueno de este website es que cuenta con varios colaboradores y cada uno de ellos aporta escribiendo críticas de discos únicamente del subgénero particular que les gusta; ya que no importa cuán "bueno" sea un disco de e.g: punk, este siempre le va a parecer deficiente a alguien que sólo escucha Iron Maiden y Tool.

Hace unas semanas, en Melodic.net anunciaron que estaban en la búsqueda de más colaboradores, y toda esta retahíla de cosas que he escrito en este post ha sido para anunciar que fui aceptado como colaborador de dicha página. A partir de ahora, escribiré algunos reviews y entrevistaré, vía e-mail, a algunos artistas (aunque dudo que los más conocidos acepten ser entrevistados por mí), centrándome en los estilos que más suelo escuchar: rock alternativo, punk rock, emo, melódico, y algo de pop. No recibo pago alguno por hacer esto, pero recibo una cuenta de correo de melodic.net con la cual existe la posibilidad de contactar artistas y puede que hasta de recibir uno que otro disco gratis. En el peor de los casos, al menos queda la satisfacción de contribuir con los suecos que crearon el mencionado website, el cual recibe entre 2000 y 3000 visitantes distintos diariamente.

Hasta el momento, sólo he escrito un review (el cual espero que les guste). Él único detalle es que todo está en inglés, aunque voy a promover la idea de crear una sección en español, siempre y cuando a los suecos les guste la idea...

-Rock on.

20070707

La vida sigue...

Y el sol sale nuevamente cada 24 horas. A veces, nos gustaría darle un empujón para lograr acelerar notablemente el paso del tiempo. Otras ocasiones, quisiéramos atarlo a un lugar para así transformar segundos en minutos y minutos en días. Sin embargo, siempre termina imponiéndose la voluntad del astro rey.

Puede habernos azotado la más amarga de las tempestades, y puede habernos envuelto la más tenebrosa de las penumbras, pero después de la tormenta siempre SIEMPRE vendrá la calma, y, con ella, también un poco de luz entre tanta oscuridad. Los sueños resistirán aunque se empapen, y por las ilusiones no hay que preocuparse, ellas son impermeables. Quizá ya no brillarán tanto como antes debido a las sombras que producen las nuevas y duras ausencias, mas seguirán estando allí, impulsándonos en nuestro camino.

El barco debe llegar a destino para honrar a los capitanes caídos durante el largo trayecto. Nuestra misión es llevarlo a puerto seguro, y para ello, debemos tener presente que no podemos avanzar hacia delante si estamos mirando en todo momento hacia atrás.

Miraré siempre que pueda hacia el futuro, pero no olvidaré jamás lo que ha quedado en el camino.