20091228

Recuerdos Ajenos

El día comenzó como cualquier otro. Julieta se levantó de la cama, utilizó el retrete, lavó sus dientes estando aún semidormida, se metió en la ducha, cerró por un minuto sus ojos para escuchar las gotas de agua caer sobre su cráneo, limpió su cuerpo, cerró la llave… en fin, hizo todo lo que solía hacer cada día al levantarse. La diferencia la notó al salir del baño y entrar en su habitación: todo era distinto. No había despertado en su cuarto.

Asustada, se vistió con lo primero que vio en el armario que estaba en el dormitorio donde se encontraba. Por suerte, la mujer que vivía allí era de su misma talla. Quería salir lo antes posible del lugar en caso de que las personas que la habían raptado volviesen, pero antes de hacerlo, revisó someramente todo a su alrededor en busca de dinero para poder transportarse en la ciudad y también de pistas que le indicasen por qué estaba allí. Sin embargo, solo encontró 20 dólares, fotos y documentos de la dueña de la habitación, a quien no recordaba haber visto nunca. Todo lo que alcanzó a averiguar era que se llamaba Marta Delgado y era dos años menor que ella.

Corriendo todo lo que podía, salió del piso y bajó por las escaleras hacia la calle. Se montó en el primer taxi que vio y, luego de verificar que se encontraba en la misma ciudad donde vivía, le pidió al taxista que la llevara hasta su casa. Ya tendría tiempo para poner la denuncia en la policía más tarde.

Al llegar a su casa, tocó el timbre con insistencia hasta que le abrió una mujer a la que reconoció. “¡Hola Roberta! Estoy bien. ¡Gracias a Dios!”, le dijo al mismo tiempo que le daba un abrazo. “¡Nunca me había alegrado tanto de verte!”, agregó mientras entraba a su casa. “¿Estaban muy preocupados por mí?”, preguntó después, pero Roberta, la muchacha de servicio, no supo qué contestar. Estaba sin habla, lo que Julieta atribuyó al hecho de verla sana y salva. “Bueno, no te preocupes. ¿Diego está aquí?”, le inquirió entonces, a lo que la empleada contestó moviendo la cabeza negativamente. “Por favor, llámalo y dile que estoy bien y en casa. Lo esperaré en mi cuarto”.

Mientras aguardaba por Diego, su marido, observó las diversas fotos de los dos que se encontraban en la habitación. Recordó el día de su boda, el viaje que hicieron juntos a Cancún, la primera cita y muchos otros momentos que para ella eran inolvidables. Se alegró mucho de encontrarse a salvo. No podía esperar el momento en el que llegase su querido esposo. Por eso le sorprendió tanto que, cuando finalmente este entró en la habitación, le apretase los brazos en lugar de abrazarla y le preguntase: “¿Quién eres y qué deseas?”.

“¿Cómo que quién soy? ¿Te volviste loco?”, le respondió a Diego. “Soy Julieta, ¡tu esposa!”.

“¿Es esto una mala broma?”, le replicó.

“¿Qué te sucede? No entiendo. ¿No me reconoces?”.

“Pues la verdad es que no”, le contestó su marido. “Mi esposa está inconsciente en una clínica en este momento. Vine porque Roberta me dijo que algo extraño estaba pasando aquí y, además, para buscar algo de ropa para Julieta. Así que, por favor, no me hagas perder más el tiempo”.

“¡Diego! ¡Soy yo! ¿Qué debo hacer para que me creas? Nos hicimos novios el 5 de Enero del 2002 y nos casamos un 5 de Mayo del 2007, tu color favorito es el azul y odias que yo te llame ‘Didi’”, le dijo ella desesperada.

“Todo eso es cierto y hasta hablas como ella, pero mi esposa sufrió un aneurisma anoche mientras dormía y yo mismo la acompañé en la ambulancia al hospital. Créeme que sé dónde está ella”, le explicó él. “Además”, añadió, “¿te has visto en un espejo?”.

Julieta se dio cuenta en ese momento que no había tenido ocasión de ver su imagen en un espejo, salvo cuando se lavó los dientes medio dormida. No sabía cómo lucía. Con mucho miedo ante lo que iba a ver, abrió la puerta del armario para verse en el espejo que sabía estaba por el lado interno. Es difícil describir lo que sintió ella al verse, puesto que pocas veces en la vida nos enfrentamos a situaciones en las que absolutamente nada tiene sentido. El rostro que vio reflejado era el de la dueña de la habitación donde había despertado: Marta Delgado.

“¡No puede ser!”, exclamó. “No entiendo qué pasó. Tal vez nos realizaron una cirugía o algo, pero te juro que soy Julieta. Si no lo fuera, ¿cómo explicas que sepa todo lo que sé sobre nosotros?”.

Por supuesto que Diego tampoco entendía nada de lo que sucedía, mas estaba muy angustiado por la salud de su esposa como para preocuparse mucho por lo que le pasaba a la intrusa que tenía en frente. Después lidiaría con eso, mas no en ese momento. Así que le dijo a la que se hacía pasar por Julieta que esperara allí mismo si quería, pero que él se iría a la clínica para estar con su esposa.

Al llegar a la clínica, le recibieron con la noticia de que Julieta había recobrado el conocimiento y se encontraba despierta. Emocionado, entró a la habitación dispuesto a besarla y abrazarla, por lo que le desanimó mucho que ella se mostrase apática con él. “¿Qué tienes? ¿Algo te molesta?”, le preguntó a ella.

“No es eso. Es que no sé quién eres”, le contestó la mujer en la cama, sin mucha fuerza.

“Soy tu esposo”, le dijo.

“¿Esposo? Pero si yo no estoy casada”, le replicó.

“¿Perdiste la memoria? ¿No recuerdas quién eres?”, le cuestionó Diego.

“No la perdí. Yo sé quién soy”.

“¿Quién eres entonces?”, le preguntó él, intrigado.

“Mi nombre es Marta Delgado”.


Y así fue como estas dos mujeres, que jamás se habían visto, tuvieron que aprender a vivir en un cuerpo ajeno. Nadie pudo explicar nunca cómo ni por qué, Marta y Julieta habían intercambiado sus recuerdos.

20091003

Una nueva vida

No era mi intención abandonar tanto este blog los últimos meses. Sin embargo, a la hora de establecer prioridades, actualizar este sitio tuvo que ceder un poco ante otras cosas un poco más importantes. Después de todo, eso de mudarse a otro país no es tarea sencilla.

Por cierto, ahora vivo en Londres. Llegué hace un mes y estoy en el proceso de buscar trabajo. Por ahora, abuso de la hospitalidad de uno de mis mejores amigos. Por fortuna, no tengo cosas malas que decir, hasta los momentos, sobre esta encantadora ciudad, ya que incluso el clima se ha portado muy bien conmigo.

Es muy temprano aún para juzgar si valió la pena o no esto de emigrar. Desde luego que no es fácil, la familia y los amigos siempre van a hacer falta, y muy pocas personas acá van a poder entender realmente cuál es mi historia y qué es lo que he vivido. Por otro lado, la experiencia de vivir por un tiempo determinado en otro país, no tiene precio. Luego de la primera semana, queda atrás la depresión y se comienza a disfrutar realmente de todo lo nuevo que se está experimentando.

No sé por cuánto tiempo voy a estar aquí. Me gustaría regresar a Venezuela -definitivamente- en algún momento; sin embargo, hay muchas cosas que me gustaría intentar antes, como por ejemplo: hacer un postgrado. Ya veré... el tiempo nos dirá qué va a resultar de todo esto.

Mientras tanto, no puedo hacer más que vivir el momento y disfrutar esto de respirar aires dickensianos.

Saludos desde este lado del mundo!

20090608

Entre las Líneas de Nazca

Juntó un par de veces sus talones con la esperanza de que algo mágico ocurriese, pero nada pasó. Miró a su alrededor, y vio que seguía sentada en el mismo tranvía que cada día tenía que tomar para llegar a casa. Se observó a sí misma en el espejo de su estuche de maquillaje y no encontró ningún vestigio de felicidad en la imagen que veía. Hacía rato que su vida había perdido toda clase de emoción. ¿Cuándo exactamente había sucedido esto? No lo sabía. Lo que sí sabía, era que algo tenía que ver con la persona que llevaba ya nueve llamadas perdidas a su móvil: su novio.

¡Qué lejanos le parecían aquellos primeros días de noviazgo! Cuando sentía mariposas en el estómago cada día que sabía lo iba a ver, y se moría de ansiedad cada vez que él se demoraba más de cinco minutos en responderle un mensaje. ¡Todo era tan bonito! Lo extraño, le parecía a ella, era que tan solo habían transcurrido dos meses y medio. “¿Cómo se puede desgastar tan pronto una relación?”, se preguntaba. Se le había oxidado la ilusión sin que se diera cuenta de ello.

- . -

Varios días transcurrieron desde el momento en el que Ana tomó lo decisión de romper con su novio, y el instante en el que realmente se atrevió a hacerlo. Sin embargo, él ya se lo esperaba. Tenía que ser tonto, ciego y sordo para no percatarse de que las cosas no andaban bien. La diferencia estaba en que Carlos veía las cosas desde una óptica optimista en la que todo podía mejorar, y Ana, lo hacía desde una un poco más fatalista. Para ella, ya nada tenía remedio.

“¿Ya no me quieres?”, le preguntó, serenamente, él a Ana.

“No lo sé. Creo que ya no. De hecho, creo que ahora te resiento”, le respondió ella.

“¿Me resientes por qué? ¿Qué te hice que fuese tan grave?”, le inquirió Carlos.

“No se trata de algo en particular que me hayas hecho, sino de muchos pequeños detalles: cosas que sueles hacer o tu manera de actuar en ciertos momentos, que chocan conmigo y me molestan, y que se fueron acumulando hasta volverse prácticamente insoportables”, le explicó la chica resentida.

“Pero si no te molesta quien soy, sino ciertas costumbres que tengo, por decirlo así… ¿no crees que si me decías cuáles eran las que no te gustaban, yo podía dejar de hacerlas?”, le refutó su nuevo ex.

“Yo lo hacía, no directamente, pero sí sutilmente con mis reacciones y con indirectas. Por ejemplo, una de las cosas que me irritaban era que siempre te ofrecías para acompañarme a todas partes: ¿no te hablaba yo todo el tiempo de que me gustaba que me dieran mi espacio?”, dijo Ana.

“Sí, pero yo nunca imaginé que a ofrecerme para ir contigo a algún lugar, lo vieses como una violación a tu espacio. No lo hacía por celos, sino para compartir más tiempo contigo. Además, tú nunca reaccionaste de mala manera o me diste un NO tajante, sino que siempre me diste excusas”, agregó Carlos.

La excusa que recibió de ella esta vez fue: “No quería hacerte sentir mal”.

“¡No creo que me hubiese sentido peor que ahora!”, pensó en contestarle Carlos… pero se contuvo y no lo hizo. No quería mostrarse vulnerable. Le dolía bastante que las cosas no hubiesen funcionado con Ana, a quien había querido mucho, mas no lamentaba que rompieran. Todo lo contrario: se sentía aliviado, ya que las últimas semanas junto a ella le habían producido muchas angustias. ¿Acaso no es terrible vivir deshojando a una margarita? Por eso se hizo la siguiente nota mental: pasaría la página y no buscaría una reconciliación con ella. Prefería concentrar sus esfuerzos en encontrar a alguien que no tuviese tantos problemas para expresar sus opiniones y emociones.

- . -

¿Fueron los incas o los mayas? Ana no estaba segura de quiénes los habían hecho, pero sabía que había leído alguna vez sobre una cultura prehispánica que realizaba trazados en la tierra que, vistos de cerca, no eran más que surcos en el suelo; mas, si se veían desde una gran altura, conformaban formas y figuras geométricas sorprendentes. Ella no necesitaba saber que en realidad es a la cultura Nazca a quienes se les atribuyen estos geoglifos, y mucho menos requería conocer los detalles que durante tantos años han dejado perpleja a la humanidad sobre el origen y propósito de estas “líneas”, Ana simplemente se sentía identificada con eso de tener que ver ciertas cosas desde una cierta distancia para poder apreciarlas debidamente. ¡Cuán relacionada con esto se sentía! Era como si las Líneas de Nazca estuviesen allí especialmente para ella: para recordarle que siempre hace falta un poco de perspectiva.

Ahora que había pasado cierto tiempo desde la ruptura con Carlos, ella sentía que los problemas que tanto la habían agobiado durante la relación, en este momento le parecían nimiedades. ¡Se le antojaban tan tontos y triviales! Era mucho mayor el peso de los aspectos positivos que su ex-novio tenía y que extrañaba. ¡Cuánta falta le hacía que la llamase todas las noches para saber cómo le había ido, escuchar sus consejos cuando los necesitase…. y su olor! Añoraba muchísimo poder recostarse de su pecho y percibir su aroma. ¿Por qué era que había decidido terminar con él? Ana a duras penas recordaba sus motivos.

Sin embargo, le dolía muchísimo que Carlos no la hubiese buscado más. Ella juraba que, al romper, él iba a bajarle la luna y las estrellas para que se reconciliasen, le admitiría que había actuado erróneamente, y le rogaría para que por favor le perdonase. De hecho, Ana nunca había descartado la posibilidad de que, a los días, volviesen a ser novios. ¿Por qué él no la llamaba? Lo que más le molestaba era lo seco que le respondía los mensajes de texto cuando ella le escribía con cualquier excusa. ¿Será que tan rápido ya tiene a otra? ¿Por qué ella, que había sido quien decidió ponerle fin a la relación, se sentía tan triste y lo extrañaba tanto, mientras él -al parecer- ya la había superado? No entendía cómo el que fue su pareja lo había logrado.

A pesar de que se moría de ganas por volver con él, ella jamás se lo pensaba decir. Era muy orgullosa para eso… y, de acuerdo con su criterio, él no se lo había ganado. ¿Cómo iba a ser ella quien diese su brazo a torcer? Nunca admitiría que obró mal ni que se precipitó con la decisión que tomó. Él era el hombre. Era Carlos quién tenía que ceder.

- . -

Carlos había adorado a Ana, pero ella le decepcionó bastante. No por el hecho de haber roto con él, sino por la manera como le había tratado hacia el final de la relación. Creía que ella había sido una inmadura. Por esta razón, no se le había hecho nada difícil seguir adelante y prepararse para vivir su vida sin la mujer que tanto había querido semanas antes.

De vez en cuando, Ana lo llamaba o le escribía bajo cualquier pretexto. Sin embargo, jamás le decía que lo extrañaba ni nada parecido; por el contrario, le hacía ver lo bien que se encontraba sin él. ¿Qué es lo que quería realmente? Carlos no la entendía.

Tal vez –pensaba el chico- si ella lo buscaba y le decía que lo quería y que estaba arrepentida de
todo lo que le había dicho, él consideraría volver con ella; pero si era él quien tenía que estar detrás de ella y suplicarle perdón para que hubiese una reconciliación, entonces jamás volverían a estar juntos. Carlos había hecho todo lo que estaba en sus manos para hacer que la relación funcionase, mas Ana no lo supo apreciar. La susodicha había perdido su oportunidad, y ahora a él le resultaba cada día más fácil no pensar en ella.

La felicidad es como una luciérnaga que revolotea a nuestro alrededor, pero nosotros, cegados por el velo del orgullo, muchas veces somos incapaces de verla aunque la tengamos de frente.

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Una vez más, Ana se encuentra en el tranvía que todos los días debe tomar para llegar a casa. Se mira a si misma en el espejo de su estuche de maquillaje, y se ve aún más desanimada que antes. De nuevo, junta los talones de sus zapatillas de bailarina, esperando que un mago fantástico la transporte fuera del foso donde se encuentra, pero nada sucede. A diferencia de lo que ocurría en su película favorita, no había sido una bruja malvada quien la había puesto en la posición en la que se encontraba, sino que fueron… sus propias decisiones.


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Nunca fue mi intención pasar tanto tiempo sin actualizar el blog. Cuando tenía tiempo para escribir, no tenía ganas. Cuando tenía ganas, no se me ocurría sobre qué hacerlo. Y si se me ocurría algo, generalmente no era para este lugar, sino para otros proyectos. Así que entre una cosa y otra, no es sino ahora que vengo agregando una entrada nueva acá, la cual está inspirada -mas NO basada- en una fugaz historia de amor y dolor que vivió un amigo cercano.

Espero no volver a pasar tanto tiempo ausente.

20090201

La ciencia de las casualidades

Me gusta pensar que cada quien se hace su propio destino. Que con esfuerzo y dedicación, podemos lograr cualquier cosa que nos propongamos. No obstante, hay muchas cosas que escapan de nuestro control y que no podemos ni preveer ni evitar. Lo único que podemos hacer, es jugar con ellas. Si la vida fuese una partida de póker, el destino sería lo que hacemos con las cartas que nos reparten.

Y es que sí, hay cosas que pasan por una razón. Cosas aparentemente "fortuitas", que desencadenan una serie de sucesos en nuestras vidas que nos hacen ser quienes somos, que nos permiten llegar adonde estamos. Algunas son agradables, otras no lo son tanto; pero siempre tienen una razón de ser. ¿Cuántas veces nos ha pasado que una decisión tan poco trascendental como podría ser ir a una fiesta ó no, nos ha hecho posible conocer a una persona especial para nosotros, o que ḿas tarde nos sería de mucha ayuda para un proyecto determinado?

Especialmente interesantes, me resultan las "casualidades". ¿Son meramente coincidencias? ¿Están ahí para decirnos algo? La verdad, no lo sé a ciencia cierta, pero quizás por esa misma razón me divierte tanto pensar que sí, que una casualidad es mucho más que una simple coincidencia.

¡Hay cosas para las que no necesitamos muchas pruebas para creer en ellas!

Sólo basta... querer hacerlo.

20090111

Películas Para Ver 2009

Pensaba realizar este post en diciembre, pero decidí esperar hasta que lograse ver todas las películas que mencioné en la edición anterior de esta entrada. La razón: quería hablar un poco sobre cómo me habían parecido dichos filmes, antes de entrar de lleno con la nueva lista para el 2009. Sin embargo, no me sirvió de mucho la espera ya que aún me faltó una cinta por ver (The Kite Runner), aunque esta sólo estuvo en la lista como una mención especial. Así que, dejando "Cometas en el Cielo" de lado, aquí va mi opinión sobre las cintas del año pasado:

Stardust: Una película entretenida con un gran elenco. La oportunidad de ver a Robert de Niro haciendo el papel de pirata gay, no tiene precio. Calificación: 8/10.

3:10 to Yuma: Un buen western, aunque algo largo. Muy buenas actuaciones de Christian Bale, el chamito de Jack&Bobby (Logan Lerman), Ben Foster, y, sobretodo, de Russell Crowe. Calificación: 6/10.

American Gangster: A pesar de que esta cinta contó con la participación de dos grandes actores como Denzel Washington y Russell Crowe, no me pareció nada del otro mundo. Calificación: 5/10.

Enchanted: Disney burlándose de Disney! Una comedia que me dirvitió mucho más de lo que esperaba. Excelente la actuación de Amy Adams. Calificación: 9/10.

Before the devil knows you're dead: Terriblemente mala. Una trama aburrida contada de una manera que la hizo más aburrida aún. Lo único destacable fue la actuación de Philip Seymour Hoffman, quien, para variar, se robó el show. Calificación: 2/10.

The Golden Compass: Una aventura fantástica al mejor estilo de Narnia. Calificación: 6/10.

P.S. I Love You: Una película romántica que, si bien predecible, fue muy bonita y emotiva. Calificación: 7/10.

Juno: Tal vez, la mejor película del año. Genial comedia que logró llenar mis expectativas (que eran bien altas). Jason Reitman se está convirtiendo en uno de mis directores favoritos. Si no han visto Gracias Por Fumar, véanla. Calificación: 9.5/10.

August Rush: Uno de los pocos filmes de la lista que fue tal cual como yo lo esperaba. Muy hollywoodense, pero buena de todas maneras. El score: de primera. Calificación: 8/10.

Into The Wild: Magistral la dirección de Sean Penn, pero nunca logré identificarme con la historia. Hay que tener una visión bastante hippie del mundo, para poder apreciarla realmente. Calificación: 6/10.

Charlie Wilson's War: Prueba número 1 de que la unión de un buen director y un gran elenco no implica una buena película. Aburrida hasta más no poder. Calificación: 1/10.

Gone Baby Gone: Muy bueno el debut como director de Ben Affleck. Esta cinta fue, realmente, mejor de lo que esperaba. Calificación: 8/10.

Be Kind Rewind: No es ni la sombra de lo que fue Eternal Sunshine of the Spotless Mind, pero al menos superó con creces al anterior trabajo de Michel Gondry (The Science of Sleep). Al principio es un tanto latosa, pero a los treinta minutos se torna bastante divertida la cinta, cuando los protagonistas comienzan a realizar películas "sweded". Calificación: 6/10.

Entre las películas que no estaban en la lista pero que realmente me sorprendieron, destacan: Son of Rambow 8/10, Ironman 7.5/10, The Dark Night (Por Supuesto!) 10/10, Definitely Maybe 9/10, Atonement 8/10, Forgetting Sarah Marshall 7/10.


Ahora sí, la lista de películas para ver durante el año 2009:



The Curious Case of Benjamin Button: Director: David Fincher. Cast: Brad Pitt, Cate Blanchett, Tilda Swinton. Para comenzar, la película que más me llama la atención. No sólo cuenta con un buen elenco, sino que además es de uno de mis directores favoritos -y menos prolíficos-, David Fincher, quien ya dirigió antes a Brad Pitt en Seven. La cinta es una adaptación de una historia de F. Scott Fitzgerald de los años 20, y trata sobre un hombre, Benjamin Button, que nace a los 80 años y envejece al revés, es decir, tornándose cada vez más jóven.





Slumdog Millonaire: Director: Danny Boyle. Cast: Dev Patel. Para serles sincero, la trama de este filme a simple vista no me resulta tan interesante. Sin embargo, goza de tan buena crítica, que definitivamente es una película que hay que ver y por eso la incluyo acá. Consiste de un joven de India, que vive en la pobreza y que decide participar en la versión hindú de "¿Quién quiere ser millonario?", pero no por dinero, sino para demostrarle su amor a una chica fanática del show. El director es el mismo de 28 Days Later (Exterminio), Millions, y Trainspotting.




Fanboys: Director: Kyle Newman. Cast: Sam Huntington, Kristen Bell, Jay Baruchel, Jaime King. Una "road trip movie", ambientada en 1998, que trata sobre cuatro chicos que deciden atravesar los Estados Unidos para incursionar en el Rancho Skywalker (hogar de George Lucas), para robarse una copia del Episodio I de Star Wars antes de que la estrenaran, para que así pudiera verla un amigo de ellos a punto de morir. Si pueden, vean el trailer. Promete ser divertida.



The Soloist: Director: Joy Wright. Cast: Robert Downey Jr., Jamie Foxx, Catherine Keener. Del director de Atonement, llega esta cinta basada en la historia real de un talentoso músico (Foxx) cuyos problemas de esquizofrenia le llevan a vivir en las calles, y que es descubierto por un periodista (Downey Jr.) que comienza a escribir sobre él. Debido a que Paramount postergó el estreno de esta cinta en USA para febrero, se habla de que el estudio arruinó las posibilidades de Foxx y Downey Jr. de ganarse una nominación a un Oscar.




9: Director: Shane Acker. Cast: Elijah Wood, John C. Reilly, Jennifer Connelly. 9 es una película animada producida por el gran Tim Burton, y que cuenta con un gran reparto de actores para las voces. El largometraje es una ampliación de un corto que hizo Acker hace unos años, sobre el cual Burton se referió como: "los diez minutos más extraordinarios que he visto". La trama, por lo poco que he podido ver, se centra en un mundo paralelo, donde un muñeco de trapo llamado 9, se une a otros de su misma clase, para proteger el legado de la humanidad en la tierra, luego de que esta desapareciera víctima de unas terribles máquinas.





Inglourious Basterds: Director: Quentin Tarantino. Cast: Brad Pitt, Diane Kruger, Daniel Brühl. Tarantino+Nazis? Count me In! El retorno de Tarantino en la silla de director no puede ser más promisorio. Con un gran elenco, esta cinta se centra en un grupo de soldados judíos de los Estados Unidos que se hacen llamar "The Basterds", y que se dedican a sembrar el terror entre los nazis, asesinándolos brutalmente. Cabe destacar que Tarantino pasó 10 años trabajando en este proyecto.



Synecdoche, New York: Director: Charlie Kaufman. Cast: Philip Seymour Hoffman, Catherine Keener. El guionista de mi película favorita (Eternal Sunshine of the Spotless Mind) debuta como director con esta tragicomedia cuya trama gira en torno a un director de teatro que decide construir una réplica, tamaño real, de Nueva York dentro de un almacen para usarla en una de sus obras. El nombre de la cinta es un juego de palabras entre Shenectady, New York (lugar donde parte de a película toma lugar) y Synecdoche, un termino que denota cuando una parte de algo es usada para referirse a ese algo.