20050618

Decisiones y consecuencias

Si tuviera que definir lo que es vivir, diría que no es más que tomar una serie de decisiones y afrontar sus consecuencias. Suena sencillo, pero está lejos de serlo.

Estas decisiones, para mí, pueden ser de dos clases: las relevantes y las que no lo son. En este último grupo califican aquellas que no cambiarán tu vida ni la de otros, como por ejemplo elegir cuál sabor de helado vas a pedir, cuál película verás en el cine y cosas por el estilo. En el primer grupo, en cambio, están aquellas decisiones que debes pensar al menos dos veces: las elecciones que afectan el curso de tu acciones directamente y que hasta podría decirse que son trascendentales. Estas son las disyuntivas para las que debemos tomarnos nuestro tiempo y considerar todos los factores pertinentes y todas las posibles consecuencias que esta elección podría acarrear, especialmente cuando afectan también a otras personas. A la hora de enfrentarse con una encrucijada de este tipo, es común cometer dos errores: tomar en cuenta únicamente al presente y no al futuro, y pensar que siempre tendrás una segunda oportunidad en caso de que te equivoques.

La opción que más te convenga ahora no necesariamente es la que más te beneficiará a futuro. Muchas veces es necesario sacrificar ciertas cosas ahora en aras de un mejor povenir. Sin embargo, la mayoría de las veces a las personas sólo les importa su futuro inmediato sin darse cuenta de que tal vez un poco de paciencia les premie mejor tiempo después. Yo prefiero atravesar por un presente dudoso con la esperanza viva de que el futuro será mejor, a vivir un presente decente pero con un porvenir incierto. El problema también está en que son muy raras las ocasiones en las que te das cuenta de que tomaste la decisión equivocada y aun estás a tiempo de retractarte. La mayoría de las veces, no hay segundas oportunidades para hacer una elección.

Por esta razón, es que debemos estar lo más seguros posible de lo que decidimos para poder mantenernos firmes ante las consecuencias. Si el camino no tiene vuelta atrás, no nos queda otra que llegar hasta el final y ver qué pasa. Es importante, no obstante, reconocer cuando nos equivocamos -preferiblemente a tiempo-, para que luego no cometamos el mismo error dos veces. El principal problema de mucha gente es considerar que todo lo que le sucede es culpa de la suerte, de los demás, del gobierno, o del zodíaco; y entonces esperan a que sus problemas se resuelvan también por factores externos. Lo que te acontece es consecuencia directa de tus acciones y sólo una pequeña parte es la que se ve afectada por el azar u otros actores. Si tu trabajo no te gusta, ¿averiguaste bien cuáles eran tus responsabilidades antes de aceptarlo? ¿Has hecho algo para mejorar tu situación laboral o esperas a que se mejore por ayuda divina? Si tu novio o novia te hizo daño, ¿realmente te tomaste el trabajo de conocer bien a esa persona y de lo que es capaz de hacer antes de embarcarte en una relación con ella? Y si lo sabías pero pensabas que la ibas a poder cambiar, ¿nunca consideraste la posibilidad de que no lograras cambiar a esa persona? Cuando las cosas no resultan, debes aceptar también tu parte de responsabilidad, ya que nadie te puso una pistola en la cabeza para que eligieras un determinado camino. Estabas consciente del riesgo que había cuando tomaste la decisión, y si no lo estabas, pues entonces obviamente no consideraste bien todos los factores.

Lo que estoy diciendo es que desde que nos valemos por nosotros mismos, somos lo que somos y estamos donde estamos a raíz de las elecciones que hemos hecho en nuestras vidas. Adónde iremos y en qué nos convertiremos depende también de los caminos que tomemos de ahora en adelante. Deja de culpar a todo lo que te rodea de lo que te sucede y verás que todo comenzará a irte mejor. No digo que factores externos como la política no tengan cierta influencia en lo que nos ocurre, pero básicamente la responsabilidad principal está en nosotros mismos. Piensa bien todo lo que hagas, toma en cuenta cómo se verán afectadas otras personas, no tomes una decisión si no estás dispuesto a soportar las consecuencias, especialmente cuando todo sale mal, y no tengas miedo de equivocarte, porque es de los errores que aprendemos. Ten miedo, más bien, de no querer equivocarte, porque esto puede hacer que dejes pasar grandes oportunidades.

P.D: De música de fondo, se pueden escuchar fragmentos de canciones de Something Corporate. Es sólo temporalmente, ya que no me gusta mucho la calidad del sonido (tuve que reducirla para que no resultase un archivo muy pesado), así que no se asusten aquellos a los que les gustaba más la melodía anterior.


Canción para acompañar:

* Coldplay - "Fix You".

Película recomendada de la semana:

* "Karakter" (1997) [8/10] Película Belga-Holandesa ganadora del Oscar de ese año.


-¡Qué disfruten sobrevivir una semana más!

-H.G.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Su blog está ahora en mis favoritos.Es alucinante.Fuera de esto,en cuanto al último post,ha resultado un soplo de aire fresco y nuevo en esta noche tan incierta que con sólo mirarla da vértigo.Y se le suma esta situación interna,que ha de mejorar luego de leer con devoción sus reflexiones increíblemente certeras.
Saludos.

m (Bs.As,Argentina)

Isthar dijo...

Estupenda reflexión sobre la importancia de tomar decisiones y ser capaz de asumir sus consecuencias.

Yo también diferencio entre esos dos tipos, las que trascienden y las que no.

Cuando la situación lo requiere, es necesario tomarse tiempo para poder analizar pros y contras y ser capaz de evaluar de antemano las posibles consecuencias. Una vez decidimos qué opción queremos, hemos de responsabilizarnos de lo que ello conlleve, para bien y para mal.

No podemos echarle la culpa a la suerte (buena o mala), hemos de ser capaces de asumir que toda decisión conlleva una responsabilidad, unas consecuencias que nos atañen, queramos o no.

Rozanel dijo...

Tu post... realmente cierto... muchas veces no nos tomamos el tiempo suficiente para pensar en como puede afectar una decisión y despues....
No es tu misma uni... pero oye ¿cual es tu correo?...

ベル dijo...

Justo hoy...
...
ante este post
...










(solo un profundo silencio)







Un abrazo.

Anónimo dijo...

Una vez más, de acuerdo con Isthar.

La vida es cambio,
Vivir es elegir,


Pero la filosofía puede ser:
"No te preocupes en exceso de la vida. No saldrás vivo" E.D.

saludos HG

Mariu dijo...

En tu definición de "vivir", mencionas lo poco sencillo que esto, pero si lo fuese ¿crees que sería divertido?, yo creo que este blog no existiera si así lo fuese.

Hay que pensar muy bien las decisiones relevantes...porque sí, están afectan el rumbo de tu vida y el de la vidas de otros, pero hay que tomarlas en el momento indicado, ese momento también será trascendente.

Pero qué importa si son miles de decisiones en la vida??...como dice usted, disfrute de sobrevivir una semana más.

Saludos.

H.G. dijo...

Ciertamente, el tener que tomar decisiones nada triviales contribuye a darle diversión a tu vida. Algunas veces no es tan divertido encarar las consecuencias de esas decisiones cuando no todo sale bien, pero debemos hacerlo. Lamentablemente, algunas personas se olvidan de que están en la situación en la que están como resultado de ciertas elecciones que hicieron y le atribuyen todos sus problemas a la mala suerte, sin hacer nada para remediar las cosas ellos mismos.

Gracias a todos por comentar!

Elisa de Cremona dijo...

uff... la exitencia... pesado tema para mí.
y Sí, hay que sólo sobre-vivir

... dijo...

Y a veces, tomamos muertos de miedo una decisión que creemos será crucial en nuestra vida, una decisión que sopesamos una y otra vez de forma escrupulosamente calculadora. Y resulta que descubrimos que no tenía la menor importancia, qué era un mero sabor de helado en medio de la vida.

... dijo...
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Nepomuk dijo...

Hey...esto me ha gustado :) filosofía zen a la hora de la cena. Tú tienes que ser un tipo relativamente feliz ¿eh?

(¿me puedes describir tu encabezamiento de flash ya que no lo veo? hazte a la idea de que soy ciego... snif...)

Unknown dijo...

es agradable llegar aqui, y con esa musica de fondo es inevitable no preguntarse el porque de tantas cosas.



Saludos

H.G. dijo...

Pues muchas gracias! Espero que tus visitas a este blog no se vuelvan desagradables para ti ;)

Me da un poco de risa recibir un comentario nuevo en esta entrada luego de casi 5 años.

Saludos!