20050319

Viajando en el tiempo

Era un domingo por la mañana y no había nadie en casa. La expectativa de saber qué me deparaban los años por venir aun estaba lejos de asomarse por mi cabeza, que en esa época sólo era perturbada por la nada, la misma nada que poco a poco cubría la fantasía de la aventura que el jóven héroe vivía. Este héroe, junto a su perro volador -que en realidad era un dragón pero que a mí se me parecía a un perro-, recorría los más increíbles lugares en búsqueda de una cura para su querida princesa. La historia sin fin en realidad tenía uno, pero esa mañana yo no quería que llegara.

Hace unos días, después de varios años, volví a acompañarlo en su aventura; y mientras veía a Atreyu montar sobre Falcor rumbo a lo desconocido, me veía a mi mismo con ocho años en la cama de mis padres e inmerso en la historia. Estaba viviendo dos momentos distintos al mismo tiempo: el actual y el que ya viví una vez aquel domingo por la mañana. Una especie de déjà vu en reverso, y al igual que en aquella primera vez que ví la película, no quería que el final llegara.

Los atuendos ochentosos eran difíciles de obviar, al igual que los efectos especiales ahora obsoletos, pero volví a disfrutar de la historia por el simple hecho de poder, por un momento, trasladarme en el tiempo. Recordé de pronto que estaba lloviendo aquel día, y que sentí miedo al igual que Sebastián cuando se encerró en el sótano de su colegio a leer el libro. Todo fue como tener ocho años de nuevo.

Es la misma experiencia de escuchar después de mucho tiempo una canción que marcó un determinado momento en tu vida, una época en particular; y que, al oírla de nuevo, puedes vivir nuevamente las mismas sensaciones que tuviste en aquella oportunidad. Es lo que me sucede cuando escucho "Ordinary World" -la versión de Duran Duran con Pavarotti-, que sonaba en la radio cuando mi papá me despertó muy temprano una mañana para que me alistase para el primer día de clases en un colegio nuevo. Cada vez que la escucho, puedo sentir los mismos nervios de aquella vez, los nervios que sientes cuando te enfrentas a algo por ti desconocido.

Lo que hace interesante todo esto no es que desees volver al pasado, sino la nostalgia al experimentar las mismas sensaciones que ya viviste. Es precisamente poder vivir dos momentos diferentes al mismo tiempo. Es como recorrer un camino que ya tiene tus propias huellas, pero ahora sabiendo de antemano lo que te espera al final. Supongo yo que esto es exactamente lo que sientes si te vas por muchos años de tu casa y regresas un día, sólo que es mucho más fácil de experimentar a través de la magía del cine y de las grabaciones musicales que mediante viajes que duran años enteros. En todo caso, es algo que vale la pena.

Al final de la historia que no debería tener final, Atreyu, Falcor y Sebastián logran su misión de erradicar a la nada de Fantasía. "¡Qué buena película!", recuerdo haber dicho para mí la primera vez que la vi, pero hay algo que no logro recordar o, más bien, de precisar: así como hace unos días me trasladé al pasado, ¿no me habré trasladado al futuro la primera vez que la ví?, ¿no habré experimentado a mis ochos años lo que vivo actualmente?

Canción recomendada de la semana:

* Erasure - Neverending Story.
+ New Found Glory - Neverending Story (para los que prefieren algo más actual)
* Duran Duran featuring Pavarotti - Ordinary World.
+ Fenix TX - Ordinary World. (para los que prefieren algo más actual)

Película recomendada de la semana:

- "Neverending Story", o cualquier película que te haga recordar viejos tiempos.

- ¡Qué disfruten sobrevivir una semana más!

-H.G.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Esa circularidad de la vida es maravillosa. Vamos y venimos en el tiempo y cambiamos el pasado y el futuro en cada vuelta.

noemi
http://noemi.guzikglantz.com

TecBear dijo...

Quien cantaba Never Ending Story era Limahl. Está bien depinga tu post. La mayoria de la gente que conozco vive el dia a dia, pendiente de todo lo que pasa hoy, descartando su pasado, que mientras mas viejo es mas pavoso. Ni idea que tendrán que ver las cosas que en algún momento fueron nuestra vida, sobretodo el zeitgeist de los ochenta, con la suerte y la pava.

Saludos.

H.G. dijo...

Muchas gracias por los comentarios a ambos.
En cuanto a la canción de Neverending Story, tienes razón, es de Limahl, pero la versión que tengo yo es un cover de Erasure y suena muy parecida a la versión de la película. En realidad no importa cuál versión escuches, sino la canción en sí.

De nuevo gracias y saludos.

Isthar dijo...

Para quienes leimos después el libro de Michael Ende la película se queda muy, muy floja, pero es inevitable que disfrute cuando la veo como cuando era niña...

Es como cuando veo "El libro de la selva" los recuerdos de mi primera incursión al cine me hace sonrír y sonreír...

Anónimo dijo...

Me fascinan todas esas cosas hacen recordar los mejores momentos de mi vida....en mi caso, casi siempre son canciones las que me hacen revivir esos momentos. Me encanta mantenerme en contacto con mi pasado porque me ayuda definir muchas de las cosas que quiero en mi futuro.

PD: es solo mi percepción, no un juicio.

icebutter dijo...

Te dedoblastes y te vistes a ti mismo en un punto decisivo para ti, que lo reflejastes con la pelicula (que por cierto tremenda pelicula, cada vez que la veo no me canso de verla y llorar con sebastian y atreyu)...:)

Pero sabes como tu dices lo mejor de todo es ver como ese niño de ocho años se convirtio en este hombre que escribe estas magnificas palabras, de como ese niño todo nervioso tiene la oportunidad de reflejarse con su espejo futuro y ver que lo que hizo o dejo de hacer te convirtio en ti...
abrazos y besos...
cuidate mucho
icebutter