20071026

All About Chemistry

Cuando alguien habla de lo que busca en su pareja ideal, el 99,99999999999% de los casos viene a colación el término: "química". Sin embargo, como sucede casi que con todas las cosas que nos rodean en nuestras vidas, la "química" es algo que creemos conocer, pero que desconocemos en gran medida. Al menos, esta fue la conclusión a la que llegué luego de investigar un poco sobre este tema.

Levante la mano quien, al hablar sobre química, NO se refiera a esa sensación de mariposas en el estómago que experimentamos cuando estamos ante la presencia de alguien "especial" para nosotros. ¿Acaso hay alguien que haya levantado la mano? Lo más probable es que no, porque todos alguna vez hemos experimentado esas mariposas en el estómago, y nos ha gustado. ¿Quién no ha estudiado, trabajado o estado alguna vez junto a una persona que nos haga sentir que como si flotásemos en el aire? De hecho, es algo que sucede con mucha frecuencia: llegar a un sitio y encontrarnos con alguien que nos impresiona de tal manera, que nos pone nerviosos, acelera nuestros látidos, nos hace desfallecer las piernas, y temblar la voz. Seguramente, muchos de ustedes saben ya que todos estos efectos son causados por la FEA (Feniletilamina), una especie de anfetamina que produce el cerebro cuando nos encontramos ante cierto tipo de personas. Lo que probablemente no sabían -o por lo menos yo ignoraba-, es que este determinado tipo de personas que nos hace producir Feniletilamina, no son necesariamente las que nos parecen hermosas o bonitas; sino que más bien, según el Dr Harville Hendrix, son aquellas que de alguna manera cumplen con una de estas características: nos puede ayudar a finalizar asuntos que tenemos pendientes desde nuestra infancia, nos puede devolver lo que perdimos en el proceso de socialización mientras crecíamos.

Aparentemente, lo quieren decir los psicólogos con esto, es que producimos FEA cuando identificamos, inconscientemente, a personas que en cierto modo nos recuerdan a nuestros padres. Por ejemplo, si la madre de un hombre fue dócil con su padre, entonces él sentira "mariposas" con mujeres que sean o aparenten ser dóciles. Del mismo modo, si una mujer tuvo un padre machista, ella sentirá "palpitar su corazón" por hombres que sean de esa forma. Viéndolo de esta manera, no es muy halagador que digamos el que una persona sienta este tipo de "química" por nosotros.

Como dije antes, todas esas reacciones en nuestro organismo que nos ocasiona la FEA, nos gustan. Nos hacen sentir bien. Sin embargo, una persona determinada sólamente nos podrá hacer producir Feniletilamina por un tiempo finito que varía entre 6 meses y 3 años, dependiendo de los involucrados y sus circunstancias, por lo que luego el efecto agradable de la FEA se desvanece. Por esta razón, si entablamos una relación con una persona sólamente porque nos hacía sentir mariposas en el estómago; lo más seguro es que esa relación se acabe o se torne insoportable una vez transcurrido este tiempo. Lo peor del caso es que al ser la Feniletilamina una especia de anfetamina -y por tanto, una droga-, muchas personas se vuelven adictas a esta clase de "química", que es lo que llaman "love junkies". Estos junkies se pasan la vida saltando de relación corta en relación corta, y si llegan a casarse con alguien, lo más seguro es que sean infieles durante su matrimonio.

Debido a que inevitablemente el efecto de la FEA, tarde o temprano, se esfumará; los expertos insisten en que es una pésima decisión involucrarse con alguien basándose en los "temblores en el cuerpo" que esa persona te produzca. Por esta razón, le dan más importancia a la "química de la afinidad", que a la "química de la mal llamada atracción física" (debería ser más bien "atracción parental", según lo explicado antes).

Y es que resulta que cuando nos la llevamos muy bien con una persona, porque piensa como nosotros, comparte muchos de nuestros gustos, posee el mismo sentido del humor, etc.; nuestro cerebro TAMBIÉN segrega compuestos químicos, sólo que distintos a la Feniletilamina. Se trata de las endorfinas, cuyo efecto es más parecido al de la morfina que al de la FEA, porque nos proporciona calma, tranquilidad, y paz. Aunque no es tan excitante como las mariposas en el estómago, es mucho más estable y adictivo, razón por la cual es mucho menos probable que una pareja que lleva mucho tiempo junta se separe, a que lo haga una pareja joven. Mientras más tiempo transcurren juntos y más experiencias comparten, más adictos se volverán a las endorfinas.

Yo no sé ustedes, pero yo en lo particular, aunque se sienta muy bien el efecto de la Feniletilamina; preferíria tener una relación que únicamente me produjese endorfinas, que lo contrario. Después de todo, la Feniletilamina se acaba. Las endorfinas no.

Cómo bien lo dijo el Dr Mark Goulston, Profesor de Psiquiatría en UCLA, "El amor basado en adrenalina (FEA), es todo sobre nosotros mismos, nos gusta estar enamorados. Con endorfinas (en cambio), lo que nos gusta es amar".


Si quieren leer más sobre este tema, pueden visitar estos links:

Link 1
Link 2
Link 3


Canción para acompañar:

+ Bush - "The Chemicals Between Us"

20071013

Fecha de Expiración

No sé si sea una conclusión muy drástica a la que he llegado, mas desde hace un buen tiempo para acá, vengo pensando que las amistades vienen con fecha de expiración. Cada ocasión en la que conozco a una nueva persona, me pregunto inconscientemente cuanto tiempo pasará hasta que perdamos el contacto con ese nuevo amigo o amiga. Pero esta pérdida de contacto no siempre es consecuencia de una pelea o discusión con algún allegado nuestro. La mayoría de las veces, será producto de un cambio en los intereses de los involucrados, o simplemente una variación en las circunstancias que envolvían a la amistad en cuestión.

Con esto de expiración no quiero decir que la amistad muere del todo, pero sí que pierde algo de fuerza. Por ejemplo, si tu compañero inseparable de la universidad decide irse a vivir a otro país, no por eso dejan de ser amigos, pero obviamente dejará de tener la presencia en tu vida que antes tuvo. Algo cambia. Más extremos aún son los casos de las personas que conocemos porque están relacionadas con las novias o novios de nuestros seres cercanos. Mientras el noviazgo en cuestión se mantenga, se disfruta mucho compartiendo como un solo grupo; mas cuando deja de existir la relación, se evapora también la frecuencia con la cual se mantenía contacto con los amigos por asociación. ¿Cuántos de tus amigos del colegio, de la universidad, ex-compañeros de trabajo todavía te contactan con la misma regularidad que alguna vez tuvieron? ¿Cuántos miembros de tu grupo de amigos cercanos actual pertenecían a él hace cinco años? ¿Y hace diez? Peor aún: el contacto con el que más hablas por msn hoy y con el que más hablabas un par de años atrás, ¿son la misma persona?

Por supuesto que hay casos de casos. Hay personas que son amigas desde el preescolar hasta el día en el que uno de los dos muere. Sin embargo, ¿qué tan común se da ese caso? Es muy díficl mantener el nivel de intensidad de una amistad durante un tiempo muy largo. Y no es por falta de disposición de uno o del otro, o porque no queramos realmente conservarla, sino que como cada quien tiene que vivir su propia vida, en el proceso alteramos las condiciones que nos rodean afectando para bien o para el mal nuestras relaciones.

A mí me gustaría que no fuese así. Que las amistades que nos importan nunca se extinguieran ni perdieran el ímpetu. Pero la impresión que tengo es de lo contrario. Por suerte, esto tiene como punto positivo el hecho de que así vamos conociendo nuevas personas día a día, y esto siempre es bueno. El lado malo, no obstante, es el siguiente: ¿qué hacemos con tanta nostalgia?


Canción para acompañar:

+ Pulley - "Thanks"

20071004

Brillo Desgastado

A veces, no importa cuánto hayas soñado y luchado por obtener algo, es posible que el tiempo y la costumbre logren hacerte olvidar cuánto te costó conseguirlo. Puede que inclusive llegue el momento en el que des por sentado el hecho de que lo tienes. Simplemente es tuyo y punto, y por ende, ya no te esfuerzas por cuidar y conservar aquello que posees. Peor aún, dejamos de maravillarnos de sus cualidades -que han sido desgastadas por la cotidianidad- y cada vez nos cuesta más recordar qué fue lo que nos hizo querer tanto ese algo desde un principio. Nos enfocamos en otros sueños y también en otros problemas, y dejamos a un lado el velar por mantener lo que ya está con nosotros, bien sea algo material o etéreo.

Como sucede con todo lo que descuidamos, es muy probable que, tarde o temprano, aquello que alguna vez tanto anhelábamos, deje de acompañarnos. Es posible inclusive que, en un primer momento, pretendamos que no nos importa. Después de todo, habíamos aprendido a vivir sin brindarle atención a eso que perdimos. Sin embargo, es a partir de este momento que comienza un lento proceso de contrición en el cual caemos en cuenta de nuestros errores.

A medida que pasan los días, vamos extrañando más y más no sólo a sus atributos más espectaculares, sino sobretodo a aquellos que habíamos llegado a considerar insignificantes. Añoramos los pequeños detalles que nos conqusitaron desde la primera vez, pero que la rutina se encargó de quitarles su brillo. Deseamos una nueva oportunidad para hacer las cosas bien y demostrar que hemos aprendido la lección. Oportundiad que tal vez nunca llegue.

Así es la vida y así somos los seres humanos. Todos hemos vivido algo así, pero sólo algunos han aprendido a evitarlo. Yo aún estoy en eso.