20050409

La Niña de la Sonrisa Escondida

El color de sus uñas combina con su estado de ánimo. Su habitación también. Un peluche desgastado arrinconado en algún lugar de su closet es todo lo que queda de la niña feliz que alguna vez habitó allí. La suite del "Cascanueces" de Tchaikovsky se escucha una y otra vez en su reproductor, mientras ella intenta en vano evocar tiempos mejores. Los momentos de alegría en su vida poco a poco se han ido escapando de sus recuerdos. Ella misma los dejó escapar.

Por un momento refugia su mirada en la ventana, y ella entonces se traslada por unos instantes a cualquier otro lugar. Así ella consigue efímeramente escapar de su casa, de su vida... de ella misma; pero continúa siendo infeliz. "¡Mi vida apesta!", se repite ella constantemente como si fuese un mantra, lo que la lleva a preguntarse si existe algo que no apeste para ella. "¡Me encantan las fresas con crema!", se responde rápidamente a sí misma y comienza entonces a desear tener una copa con crema y fresas en ese momento. Como esto no era posible, continuó repitiéndose nuevamente que su vida apestaba.

En realidad su vida no apestaba, mas cuando se es la reina del drama, todo te resulta trágico. Para ella, nada era completamente bueno y todos confabulaban para hacerle la vida insoportable, pero la única que contribuía a hacer su vida insoportable era ella misma. Las cosas buenas de la vida están ahí en todo momento, sólo que se debe estar dispuesto a verlas para poder percatarse de su presencia. Ella estaba muy ocupada quejándose por todo para poder apreciarlas.

De repente sintió la necesidad de conversar con un amigo, pero ella carecía de ellos. Siempre se sintió diferente. Siempre sintió que no encajaba en ningún grupo, que nadie compartía su visión del mundo. Se acostumbró a tal extremo a esto que se volvió aficionada a buscar expresiones de arte algo retorcidas para sentirse especial al darles una interpretación que nadie más encontrara. Lo que no sabía es que ella encajaba en un grupo: el grupo de los que no encajan en ningún otro, y este grupo es más grande de lo que muchos imaginan. Ella tenía potenciales amigos en todas partes, sólo que no se había dedicado a buscarlos.

En medio de su actitud depresiva, ella se había vuelto feliz siendo infeliz. No se encontraba a gusto hasta no encontrar algo de qué quejarse, hasta no encontrarle el lado negativo a todo. Espero que algún día ella comience a experimentar lo contrario, comience a estar predispuesta a que las cosas le van a agradar, porque... ¿cómo podrías ser feliz sin ni siquiera intentarlo?

El "Vals de las Flores" sonaba cuando se quedó dormida. El viaje imaginario la había dejado agotada. Mientras dormía, soñó con una niña que tenía una sonrisa escondida y que podía sentarse en las nubes y observar al mundo desde allí. La niña brincaba y se acostaba sobre las suaves nubes de algodón que tanto la alegraban. Una sonrisa comenzó a dibujarse levemente sobre su rostro dormido. Cuando despertó, supo que no todos los momentos de alegría en su vida se habían escapado de sus recuerdos. La niña feliz que soñaba con sentarse en las nubes y que alguna vez había morado en esa habitación seguía allí. Quedaba de parte de ella no dejarla escapar...

Canción recomendada de la semana:

* Third Eye Blind - "Misfits" (Mi grupo favorito, aunque esta no es su mejor canción).

Película recomendada de la semana:

* Life as a House (2001) [8.5/10] Cast: Kevin Kline, Hayden Christensen (Anakin Skywalker), Jena Malone, Kristin Scott Thomas.

-¡Qué disfruten sobrevivir una semana más!

-H.G.

8 comentarios:

Isthar dijo...

O has estado leyendo mis diarios de hace unos años o es una increíble coincidencia que esta niña me recuerde tanto a la niña que yo fui una vez...

Espero que sea capaz de encontrar las respuestas que nunca dejaron de estar en ella misma.

Mariu dijo...

Sabes....entiendo el hecho de que hay que tratar de verle el lado positivo a todo y eso que dices de que hay que estar predispuesta a que las cosas buenas van a suceder....pero a veces no es tan fácil, sobretodo si todos los días te colocas una sonrisa en el rostro, y a pesar de que haces "todas las cosas" para ser felíz, no siempre lo logras. Me gustaría tener esa habilidad que tienes para escribir y expresar cosas que muchos sentimos.....pero bueno..mientras tanto buscaré mi sonrisa correspondiente al día de mañana y trataré de "ver el vaso medio lleno".

Saludos

... dijo...

Bonito relato. Al parecer, todos en algún momento nos hemos envuelto de nosotros mismos, sin permitir bañarnos con la luz del exterior.

Elisa de Cremona dijo...

muy bien, el vals de las flores??
Mejor dejarse llevar por un vals de la mano de ese otro, en vez de decir tanta palabra inútil.

Ceci dijo...

¡Qué frase!: “Cuando se es la reina del drama, todo resulta trágico.” Así soy yo, pero –al mismo tiempo- las cosas más pequeñas me causan la felicidad más inmensa. Prefiero vivir arriba de esta “montaña rusa” de pasiones que pasar por la vida sin que nada me afecte mayormente.

H.G. dijo...

Muchas gracias por los comentarios!

No he estado leyendo ningún diario personal, lo que sucede es que siempre hay alguien ´que conoces que cree tener la peor suerte de todas, cuando en realidad no es así. El mismo hecho de que muchos de ustedes se sintieron familiarizados con el relato, comprueba que si alguna vez te has sentido así, no has estado sol@. Millones de personas en el resto del mundo se sienten o se han sentido de la misma forma que tú.
Yo no digo que con llevar siempre una sonrisa en el rostro automáticamente se desvanecerán todos tus problemas y todo será color de rosas, pero al menos te permitirá sobrellevarlos de una mejor manera que con una actitud depresiva.
Esa es simplemente mi opinión.

Anónimo dijo...

Cuando esa niña estaba en las nubes es obvio que no se consiguio con los ositos cariñosos....o minimo con la niñita del arcoiris, asi parezca "materialista" al menos El Duende..lastima =( asi le agarraba parte del botin de su ollita y hubiese sido feliz por siempre....y tal vez sus unicas depresiones hubiesen sido por no traerse la ollita completa....

Anónimo dijo...

me ha parecido una historia preciosa. Me he emocionado, he llorado, porque alguna vez me he sentido como esa niña...solo que cada día que pasa doy más las gracias por estar recobrando mi tierna infancia, traspasándola a mi mundo actual, sonriendo al comer algodones de azucar y disfrutando la sensación de un cuerpo calinete, de un hogar, de una familia. Sigo aquí, pese a aquellos días, risueña, altiba, soñando con coger la luna y cabalgar en su lomo.